¿Sabes por qué parecen tan enamoradas las danzantes de mazurka?
Porque cuando se improvisa una dulce danza, esta no se puede controlar,
no puedes seguir los pasos,
no hay caminos trillados,
no existe la programación,
el cálculo.
La única manera es dejarse llevar,
cerrar los ojos para que quien te guía haga el prodigio,
te lleve,
haga poesía con tus pies,
te impregne,
te unja,
con la música,
te envuelva con ella,
te lleve por sus olas,
y descubras que estás viviendo el milagro de bailar fusionada a otra persona,
de bailar en amornía,
de danzar la misma danza,
por complicada que parezca.
Y eso te hace poner la cara de extasiada,
como el amor.
La misma.
Porque, al fin y al cabo,
el amor es eso:
es un decubrimiento permanente,
es un milagro que te lleva,
te eleva,
te hace danzar,
te hace vivir
la Unidad,
la Fusión,
¡El Todo!
Danzar, al fin y al cabo, es, o puede ser, una experiencia mística.
Como el amor.
[para disfrutar de la declamación en voz del propio autor de esta obra: ¿Sabes Por Qué Parecen Tan Enamoradas (declamación).html]
Gerttz